miércoles, 18 de mayo de 2011

Nelson

-Ja, ja- pensaréis.
Pues no. Listos. No me refiero al macarra de los Simpsons. Cuando decidí que la familia, tres años después del nacimiento de Mafalda, iba a adoptar un bebé, decidí que sería de raza negra. El nombre debía, por tanto, a hacer referencia a un negro famoso. Descarté Michael (Jackson), Steve (Urkel) o Martin (Luther King) por ser poco precisos sin el apellido. Por aquel entonces Obama no era conocido. Bueno, aunque lo hubiese sido, Barack no se iba a llamar, y menos mal: que uno de mis patilargos tuviese el nombre de un nobel de la paz que se dedica a mandar asesinar a una persona me habría dado muchísima pena. Finalmente me decidí por Nelson, en honor de Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica e incansable luchador contra el apartheid.
Nelson ha sido durante mucho tiempo simplemente el pequeñito, el que sigue siendo un niño mientras sus hermanos son adolescentes, el que se queda siempre con sus padres. Una vez superados los doce años, se está convirtiendo en un magnífico repostero y un gran confidente para Jack.

2 comentarios:

  1. Y todo esto sin diálogos.... Te felicito por tu enorme imaginación :)

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, más que un ja ja es un Ha Ha... con las cuerdas vocales más que con la lengua. xd

    ResponderEliminar