jueves, 31 de marzo de 2011

Noticias que me superan

Hoy tenía más de un tema posible del que hablar, y no estaban nada mal. Sin embargo, he encontrado esta noticia y no la puedo dejar pasar.

Sergine y Joel Le Moaligou son una pareja de veganos que decidieron no hacer caso a las recomendaciones de la OMS de introducir la alimentación complementaria del bebé a partir de los seis meses de vida y lo alimentaron durante más meses exclusivamente con leche materna, además de no hacer un seguimiento adecuado de la salud del bebé y desatender las orientaciones médicas.
Los hechos se produjeron en marzo de 2008, cuando los Moaligou, preocupados por la delgadez y palidez del bebé, avisaron a los servicios de emergencias, que solo pudieron confirmar la muerte de la pequeña al llegar a la casa de la familia en Saint-Maulvis, a unos 145 kilómetros al norte de París.
Louise presentaba un peso notablemente inferior a la media para su edad, y la autopsia reveló que presentaba una carencia de vitamina A y B12, algo que, según los expertos, aumenta la probabilidad de sufrir infecciones y que sería debido a un “desequilibrio alimenticio”.
Los padres, recelosos de la medicina convencional, preferían cuidar y curar a sus hijos por sus propios medios y a partir de sus lecturas de libros. Según los conocedores del caso, tras un examen médico cuando Louise tenía nueve meses, los padres decidieron no seguir el consejo del médico que les recomendó hospitalizar al bebé ante la bronquitis que padecía y la pérdida de peso.
Los remedios caseros y la desatención médica pudieron agravar los problemas de salud de la pequeña, algo que sus padres ahora reconocen. Están acusados de “abandono o privación de comida seguido de muerte” y se enfrentan a una pena de 30 años de cárcel.
Hace un par de años criticaba bastante a los vegetarianos. Ahora entiendo un poco más su posición y que mantengan una dieta tan estricta por principios y porque con ciertos suplementos puede ser adecuada a los adultos. Pero no para los niños. Este es un caso extremo, desde luego, pero no único: muchos padres veganos deciden criar a sus hijos sin ofrecerles alimentos que para su correcto desarrollo resultan imprescindibles. ¿De verdad es necesario?

miércoles, 30 de marzo de 2011

Lo primero es la idea

Me gusta escribir. El año pasado hacíamos redacciones con bastante frecuencia, y yo obtenía siempre mis dos estrellitas y el ok (era la nota máxima con la puntuación del Palabras, mi estupendo profesor de lengua). Incluso hay por ahí una pequeña novela, de unos 80 folios, que, para qué engañarnos, no es nada del otro mundo. Pero uno de mis sueños es publicar un libro algún día.
El problema es que no sé sobre qué escribir. En el cole te dan un tema. Cuando yo pienso en uno propio, en una historia que me gustaría leer, se me llenan la cabeza de bebés, y, como soy perfectamente consciente de que ese en ese aspecto soy muy especialita, no desarrollo la idea.
Pero hay algo en mi cabeza que, con tiempo, trabajo y esfuerzo, puede salir adelante como una historia medio decente. Eso sí, ahí se va a quedar guardada hasta verano, porque ahora no puedo ni escribir una entrada todos los días.

lunes, 28 de marzo de 2011

El cajón de los recuerdos

Karina tenía un baúl. Yo dedico un cajón a guardar "souvenirs" de aquellos lugares en los que viví experiencias que no quiero olvidar. Fotos de hace tres o cuatro años, el menú de la última cena en el restaurante de un crucero, las cartas que me escribían los niños en el campamento...
Hoy ha venido una amiga a casa y hemos estado mirando todo eso, junto a dedicatorias de agendas y algún que otro objeto que tanto significa para nosotras.
Experimento una sensación extraña al ver las agendas de otros años. Las hojas se pasan tan rápido... parece mentira que representen un curso completo, nueve meses que se nos hacían interminables... Excursiones, notas, deberes, algún dibujo gracioso, las pegatinas de moda ese año y tantos espacios en blanco que me recuerdan la pereza que me daba apuntarlo todo.
¿Guardáis agendas de otros años? ¿Os entra algo de nostalgia al revisarlas?

jueves, 24 de marzo de 2011

Jornadas preuniversitarias

Después de cuatro días recibiendo información de primera mano de diferentes carreras de ciencias sociales, sanitarias y tecnológicas, he llegado a varias conclusiones.
1. El término vocacional se utiliza muy alegremente. Lo digo con todo el cariño y todo el respeto: derecho no es una carrera vocacional. Te puede gustar mucho, encantarte, divertirte y realizarte, pero no es una vocación. Y digo derecho como puedo decir economía, ADE...
2. Cada uno barre para casa. La primera, yo con el comentario que he hecho arriba. Oír que las carreras como las citadas anteriormente, o ciencias políticas, se diferencian con las de biología en el trato directo con personas me cabreó. ¿Un médico, un psicólogo, un enfermero, un terapeuta, no se dedica a tratar con personas? ¡Pero qué me estás contando! Paso al siguiente punto que me estoy encendiendo sólo de recordarlo.
3. Quiero hacer enfermería y ser matrona. Ni medicina ni porras. Quiero ser matrona y seré una matrona excelente. Puede que haga otra carrera adicional, o un máster, pero que estudio enfermería está decidido.
4. Soy una negada para cualquier ingeniería. El dibujo técnico está completamente apartado de mi vida para siempre.
5. Tengo que estudiar mucho, pero mucho mucho mucho mucho, en segundo. Tengo miedito.

martes, 22 de marzo de 2011

Tarjeta verde

Mi abono, al ser de familia numerosa general, es verde. Entre eso y que lo utilizo un montón, a mí me da la sensación de que me abre las puertas del mundo. Bueno, o de la zona A de Madrid. En definitiva, que es todo un símbolo de libertad. Lo adoro. Me confiesto fan total del transporte público, porque me permite moverme por mí misma sin un gran gasto de dinero.
Os lo cuento porque muy probablemente tenga que renunciar a él en abril. Entre la semana santa e Italia no renta. Y lo echaré de menos.
Entre esto y lo de las margaritas, me doy cuenta de que le concedo demasiada importancia a los objetos materiales, a los detalles. ¿Qué objetos cotidianos tienen especial importancia para vosotros?

lunes, 21 de marzo de 2011

Equinoccio

Respondo a Manolito. La primavera, como prácticamente todo, tiene cosas buenas y cosas malas. Quizá las buenas son más conocidas: las flores, el buen tiempo, la alegría... Pero las desventajas están ahí, aunque haya quien quiera ocultarlas: las orugas, el polen, el tiempo (que a veces se vuelve loco), y las hormonas revolucionadas.
Yo no tengo una estación favorita, precisamente porque siempre tengo en cuenta las ventajas e inconvenientes de todas. Pero me sucede algo curioso con la primavera: precisamente cuando nace todo de nuevo, yo recuerdo el paso del tiempo, lo mucho que han cambiado las cosas. No solo porque se acaba algo que puede parecer a veces interminable (como este invierno, sin el gracejo de la nieve pero con un frío nada agradable), sino por... las margaritas.
Tranquilos, que no me he vuelto loca. Os explico. Cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, no dejábamos una sola margarita en el césped. Bien las arrancábamos, bien las destrozábamos de tanto saltar y jugar en el jardín. Que las pobres flores sobrevivan, semana tras semana, significa que ya no somos niños, que ya no dedicamos todas nuestras energías a jugar al escondite junto al pino o al pañuelo usando una hoja de magnolio. Hemos crecido.

domingo, 20 de marzo de 2011

Y pude dormir tranquila

Literalmente. Hasta las 14:00, de hecho. Tenía sueño acumulado desde hacía varias semanas, pero aun así... catorce horas durmiendo es todo un récord.
Supongo que mi cerebro lo aprovecharía para crear dulces sueños. Fuentes no le faltaban: la tarde del viernes había sido estupenda. ¿Que me mancho el trench de pintura verde? Entre la ilusión del bautizo y que durante la cena no lo llevaba puesto, ni me acordé.
Lo que sí que tuve muy presente fue la sensación de estar donde quería estar, con gente con la que me siento a gusto. Espero que podamos disfrutar juntos de muchos momentos así.

jueves, 17 de marzo de 2011

Aclaración

La entrada anterior es la que aparecerá en la página web de los grupos cristianos de mi antiguo cole, http://www.littlebrother.tk/. Os recomiendo que la visitéis, porque allí hay más noticias escritas por mí, y porque las canciones están bastante bien. Ya me contaréis qué os parece.

I was there

1,2,3...4...5,6... y 7 cabezas. Vale. Están todos. Podemos empezar.
Los de cuarto ya se han ido. Tienen que preparar... bueno, es sorpresa, ya lo veremos cuando llegue el momento.
Mis niños, los peques de grupos (5º de primaria) salen los primeros, pues presumiblemente irán más despacio y es preferible que ralenticen el pelotón a que se queden rezagados.
Caminamos hacia Puerta de Toledo a buen ritmo. La ilusión se nota. Hablamos de deportivas rotas, del metro, del montón de chocolatinas que lleva cada uno en su mochila y de las nubes que cubren el cielo pero seguro, seguro, que nos dejan aprovechar el día.
El viaje se hace rápido y pronto llegamos a nuestro destino, a la calle Méjico, y sin perder tiempo nos colocamos en círculo en el gran salón. Y ahí empieza la magia. En el patio se ve a los de cuarto corriendo de un sitio para otro, dentro están los otros cursos y sus respectivos monitores iniciando un día estupendo con una canción que todos conocemos. Haciendo lo mismo que se hace en las convivencias de cada curso, pero en esta ocasión los que compartimos nuestros sueños, nuestros recuerdos, nuestra amistad y, en definitiva, nuestra vida, somos los integrantes de Little Brother.
Llegan los testimonios. Algunos antiguos alumnos hablamos de lo que significa para nosotros este grupo, de lo orgullosos que estamos de pertenecer a algo así. Yo me pongo un poco ñoña, la verdad. Incluso ahora, escribiéndolo, me emociono. Porque cada momento vivido ha sido maravilloso y nos ha ayudado a crecer como personas. A veces cuesta, sí, pero merece la pena. Muchísimo.
Después es el momento de la ginkana, cuyo funcionamiento no consigo comprender del todo. Pero hay música, disfraces, pistas, letras de canciones y Jaime como pista final. Además de mucha harina y pinturas de cara que, como comprobaremos algo más tarde, no se quitan fácilmente.
Y pasamos al tiempo libre: la comida y el tiempo de jugar en el patio, saltando, corriendo, pintándose y despintándose...
Por la tarde hacemos la dinámica de los héroes y sus superpoderes. O lo que es lo mismo, nosotros y los talentos con los que podemos ayudar a los demás. Luego otro ratito de descanso, y por fin...¡el concierto!
Fue increíble. Una locura. Los realizadores, los cantantes, el guitarrista (Iván, en su fantástico debut oficial)...
Temazos los que cantaron. Y un detalle genial las pegatinas conmemorativas.
La hora de volver a casa se presentó de repente, sin hacerse notar. Volví a hacer números una y otra vez. Llegamos al colegio cansados, pero encantados. Poco después, mientras caminaba hacia mi casa, me di cuenta de que estaba agotada, pero feliz. Siempre recordaré que yo estuve allí, que mis niños estuvieron allí, en la que espero sea la primera de muchas convivencias compartidas entre todos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Se ha liado parda

Vamos a analizar, ya en frío, lo que ha pasado estos dos últimos días.
MARTES
10:20 más o menos: subimos a clase después de la entrevista con Manu Carreño, con algo de cabreo porque nos habíamos hecho a la idea de que sería hasta las 11. Algunos ven que el susodicho sube a 1º C y comentan que tienen mucho morro, que ya podía haberse alargado un poco más o pasarse también por nuestra clase.
12:20: cambio de hora para ampliación e informática. Algunos de C vienen a nuestra clase para que nos apuntemos rápido en los buses (A o B, según preferencias). Nosotros lo intentamos, pero ya no está su tutor,que es quien se encarga (no pongo nombres de profes). La idea de pasar todo el viaje a Italia de morros por no poder ir con nuestros amigos asusta bastante, así que el tema asusta bastante y nos ponemos todos en tensión. ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo solucionamos?
14:15: preguntamos a nuestro tutor si ha hablado con el tutor de 1ºC sobre el voluntariado con los niños, pues nos han dicho que solo va a encargarse esa clase y nosotros también queremos participar.
Nos responde que no han hablado y no tiene intención de hacerlo, pues debemos responsabilizarnos nosotros mismos. Empiezan los comentarios, que no son muy amables teniendo en cuenta que no estamos muy contentos ese día. El tutor nos malinterpreta  y se enfada con nosotros porque no quiere que hagamos juicios de valor, que digamos que se nos discrimina.
15:05: Ignacio y yo corremos a apuntarnos en el bus que queremos, pasando un papel por debajo de la puerta del despacho de quien se encarga.
No sé a qué hora, pero probablemente por la tarde: dos chicas de nuestra clase van a hablar con el tutor de 1º C sobre el voluntariado. Este se pica un poquito, pero les explica que si queremos podemos participar, pero que es cerca de los exámenes.
En algún momento después de lo anterior: nuestro tutor habla con el de 1ºC, que se cabrea con nosotros.

MIÉRCOLES
8:00: vienen a apuntarnos en el bus.
9:00: los delegados vamos a hablar con nuestro tutor, después de saber lo del cabreo del otro. Se lía parda, pues la conversación sube de tono.
11:05: nos regaña por la última conversación y nos avisa de que mañana se hablará del tema en clase. Hablamos con el tutor de 1º C y propone una solución para que esto no pase otra vez.

Hasta aquí he intentado ser objetiva. Ahora doy mi opinión.
Fallos que creo haber cometido: no plantearme lo que le iba a decir a mi tutor. Hablar con él con total sinceridad, como si fuera el comportamiento de un amigo el que me parece mal.
Lo que me parece mal de su comportamiento: sobre todo, que se lo haya tomado tan a la tremenda. Que me diga que le hable en plano de igualdad mientras quiere decir que le trate con respeto (repito, le tenía que haber tratado con más respeto, al fin y al cabo es un profesor).

La primera acepción de la RAE respecto a la palabra discriminar es "seleccionar excluyendo". Por las razones que sean, durante el curso hemos sido el último grupo al que se le han dado los avisos, de cualquier tipo. Así que nos han discriminado. No creo que haya sido a mala idea ni conscientemente, pero ha sido así y no me parece maleducado ni prejuicioso pedir que sea de otra forma.

martes, 15 de marzo de 2011

Falta de inspiración

Hoy no sé de qué hablar. Como probablemente esto me ocurrirá en más ocasiones, me gustaría que me dierais ideas. ¿Queréis saber mi opinión sobre algo en concreto? ¿Os cuento mi vida y mis planes de futuro? ¿Escribo algún pequeño relato?

lunes, 14 de marzo de 2011

Reestructurando frases (I)

Dicen que la vida es un regalo por el que hay que dar gracias y que es necesario cuidar. Yo no creo que sea exactamente así. Prefiero tomármela como un préstamo.
Un regalo es algo especial. Quien te lo hace se esfuerza en encontrar algo que te agrade, así que agradecerlo y hacer algo bueno con ello es importante tanto para él como para ti mismo. Pero cuando alguien te regala algo eso pasa a ser tuyo, solo tuyo, y puedes disponer de ello como quieras.
Los préstamos son diferentes. Cuando utilizas algo que no es tuyo, cuidarlo es mucho más importante, pues tarde o temprano tendrás que devolverlo en las mejores condiciones posibles. Lo bueno de los préstamos es que se disfrutan más: saber que algo no te va a durar para siempre, pero que puedes disponer de todos sus beneficios, lo hace más atractivo.
La vida no es para siempre. Sabemos cuando se nos dio, creemos saber quien nos la dio, pero no sabemos cuando tendremos que devolverla.Eso es lo que la hace maravillosa.

domingo, 13 de marzo de 2011

Un buen domingo


No es una de las frases de Mafalda que más me gusta, pero hoy me viene bien. Después de días haciendo planes y corriendo de un lado a otro he disfrutado de un día de no hacer nada. El que los otros días hayan tenido tanto "todo" ha motivado que este día de "nada" haya sido estupendo. Sin más obligaciones en todo el día que ordenar mi habitación, no he salido de casa más que para ir a misa. He pasado la tarde junto a un libro y el ordenador, tranquilamente, dormitando de vez en cuando. ¿No es un lujo disfrutar de días así?

sábado, 12 de marzo de 2011

Convivencias Little Brother

Se pasó la angustia. Exactamente a las siete y media de la tarde de ayer, cuando me reuní con mis amigos del antiguo colegio para cenar. Y hoy, después de la convi, me duele la cara de tanto sonreír.
Por supuesto, me alegro de volver a estar contenta,  pero no de la revolución hormonal que viene experimentando mi cuerpo de un tiempo a  esta parte, y de la que ya estoy muy cansada: un día estoy pletórica y al siguiente (como ayer) de bajón. ¿Por qué? Por cosas que me gustaría que fueran, de momento no son y no sé si pueden ser.
Tenía ganas de que llegara esta convivencia porque es la primera a la que van los niños de mi grupo. Se han portado bastante bien, sobre todo para lo que son ellos, ha hecho buen día y hemos hecho de todo: jugar, descansar, escuchar música, bailar y, por supuesto, reflexionar.
Seguiré informando sobre los vaivenes de mi montaña rusa particular.

viernes, 11 de marzo de 2011

Angustia estacional

Me ha venido después del recreo. Un malestar, un vacío en la tripa y una desgana en el cuerpo. He buscado razones: las notas, el cansancio, sueño o simple aburrimiento. Ahora, que ya me encuentro un poquito mejor, creo que sé donde está parte de la culpa: la lluvia y la fecha (11-M).
A mí la lluvia en Madrid me pone triste. Se queda todo embarrado, tienes que andar con cuidado, alejarte de cualquier charco susceptible de ser alcanzado por la rueda de un coche, y acostubrarte a la escasa luz y el ambiente gris. Cuando llueve y estoy en el campo, es algo mejor: el verde es más verde y el agua es más agua (limpia, pura y necesaria para la vida).
Por otro lado, hoy hace siete años del atentado. Recuerdo que cuando me levanté esa mañana supe que ese día iba a pasar algo, y que cuando mis padres volvieron a casa por la tarde me sentí reconfortada, aunque sabía que estaban perfectamente. Hoy, me cabrea que la muerte de 192 personas se utilice para echarse mierda entre políticos. ¿No pueden parar en un día como este?

jueves, 10 de marzo de 2011

Circunvoluciones cerebrales a tutiplén

Voy a intentar que este espacio, mi espacio, sea un poco como yo: lleno de temas e ideas no demasiado brillante, alegre, variado. Tengo tantas cosas en la cabeza... futuro, estudios, amigos, creencias, libros, música, familia, viajes... todo a la vez, interconectándose o peleándose por ser lo más importante. Pueden ser sólo pájaros, pero  a mí me gusta pensar que son muebles esperando a ser colocados poquito a poco.
Aquí voy a ser completamente sincera. Si ya me conocéis, espero que no os llevéis grandes sorpresas. Si no tenéis el gusto, no os asustéis =).